Traslados aeropuerto Zadar

Zadar es una ciudad fascinante situada en el corazón de la región de Dalmacia. Deje que le traslademos desde el aeropuerto de Zadar, a tan sólo 12 km del centro de esta ciudad de 3.000 años de antigüedad. Zadar es un lugar donde la magnificencia de la antigua arquitectura románica se entrelaza en perfecta armonía con la modernidad.

Zadar se encuentra junto a la costa del Adriático, en la parte norte-occidental de Croacia. Esta encantadora ciudad fue en su día la capital de la región de Dalmacia. Paseando por sus calles acogedoras y pintorescas descubrirá muchas joyas para la vista. Una de ellas es la iglesia de San Donato en Zadar. Fue construida en el siglo IX en los tiempos bizantinos, y su posición actual lace sobre los restos del antiguo Foro Romano. Tampoco puede perderse la iglesia de Santa María, muy cerca de la anterior. Fue construida en los comienzos del cristianismo y es conocida por tener una de las colecciones de objetos históricos más valiosas de Zadar.

Uno de los iconos más representativos de la ciudad es sin duda el Órgano Marino. Está situado en el paseo junto al mar Adriático. El órgano se compone de 35 tubos construidos en el propio paseo que suenan con el movimiento que producen las olas y el viento. El efecto es fascinante y asombroso, o así es como lo describen la mayoría de sus visitantes. Muy cerca de éste encontrará también otro espectáculo para los sentidos, el show de luces conocido como “Saludo al Sol”. Éste consiste en un disco solar que absorbe la luz durante el día, y por la noche crea un espectáculo de flash y color que no deja indiferente a nadie.

Si viaja a Zadar durante el verano de muy bien seguro que desee disfrutar de un refrescante baño en una de sus muchas playas cristalinas. Desde Zadar se puede viajar a muchas de las pequeñas islas de los alrededores. Algunas de las playas más bien valoradas de la zona son Petcrane y Privlaka. Asimismo, no se vaya sin haber probado un helado local mientras disfruta de la puesta de sol, que fue descrita como la más bella del mundo por Alfred Hitchcock.